sábado, 23 de agosto de 2014

Otra palabra más sobre la inspiración de la Escritura

La Escritura, la Palabra de Dios, la Santa Biblia, es apreciada por muchos, odiada por unos tantos y absolutamente desconocida para otros. De allí la tan verdadera afirmación de que la Biblia siempre produce una reacción en aquellos que la oyen; algunos la reciben como la Palabra de Dios,  otros la rechazan como si fuera un texto humano que trata sobre religión y para otros carece de importancia.

Para los cristianos, la Biblia es la Palabra de Dios. Bueno, pueden pensar algunos, depende de lo que se quiera decir con cristianos, pues algunos que frecuentan una Iglesia Cristiana, que enseñan en lugares de educación teológica cristianos, que trabajan como ministros en algunas Iglesias, abrigan dudas sobre la veracidad de la afirmación de que la Biblia es la Palabra de Dios. Muchos de ellos, piensan que la Biblia está llena de afirmaciones que un ser humano del siglo XXI no puede tomar en serio. Ellos dicen, "el relato de la creación no es un relato histórico", "eso de una serpiente que habla no puede ser verdad", "esos milagros en realidad no sucedieron" y otras afirmaciones similares. Por otro lado, hay algunos que toman las enseñanzas de la Biblia luego de pasarlas por el colador de sus propias ideas modificando el mensaje según su propia visión de las cosas, según la cultura actual, según el parecer de la filosofía, alejándose así de la intención que tuvo el Espíritu Santo al inspirar a hombres para que registraran infaliblemente el mensaje de Dios. Ahora, la cuestión que quiero tratar es: ¿Cómo abordar el tema de la inspiración de la Biblia delante de posiciones tan diferentes? ¿Podemos llegar a una compresión adecuada de lo que es, verdaderamente, la Biblia? ¿O siempre tendremos que decir que todo depende del punto de vista del intérprete?

Las posiciones no bíblicas en relación a la Escritura

Quiero comenzar analizando, de forma breve, algunas posiciones con respecto a la Biblia. Dentro de ellas tenemos:

1. La visión liberal: Algunos afirman que el mejor término sería "la visión modernista". Esta postura minimiza el elemento divino de las Escrituras y ve la Biblia como un documento meramente humano.  A veces afirman, como si fuera un gran elogio, que los escritores humanos eran expertos en sus propios campos, por lo que su autoridad estaría en su conocimiento especial sobre determinadas cosas. Dentro de esta postura existen una variedad de abordajes, algunos de ellos más extremos que otros, como es el caso de Rudolf Bultmann, quien afirmaba que los evangelios no eran más que el producto de la libre imaginación de sus autores, careciendo así de cualquier fundamento histórico.

2. La visión Barthiana: A pesar de que no está muy de moda hoy en día, sí prevalece en algunos círculos. La esencia de esta postura es que la Biblia se convierte en la Palabra de Dios. Esta idea refleja la filosofía existencialista que subyace bajo todo el pensamiento teológico de Barth. Para él, en algunos momentos, la persona tiene un encuentro vivo, personal con la Escritura y en ese momento ella se convierte en la Palabra de Dios. La Biblia es tenida como un libro que posee muchos errores y contradicciones, llena de mala Teología e, incluso, llena de una dudosa ética. La paradoja radica, según Barth, en que Dios toma este libro humano lleno de errores y obra maravillas. Por eso podemos afirmar que si bien Barth es considerado como evangélico en muchas de sus declaraciones teológicas, su compresión de las Escrituras es altamente destructiva. 

3. La visión neo-evangélica: Esta visión se ha popularizado y ha influenciado varios lugares de enseñanza teológica. Se denomina neo-evangélica porque ya no está circunscrita a la idea de la inspiración plenaria de las Escrituras, prefiriendo hablar de inspiración parcial. Aquellos que siguen esta postura tienen un alto concepto de las Escrituras, pero no creen que ella sea infalible. El problema es que no sabemos con certeza en qué áreas (o partes) ella es infalible y en cuáles no. La idea general es que la Biblia es inspirada en doctrina, pero no en sus afirmaciones históricas, o bien, que es inspirada en lo que los autores quisieron decir, pero no en los supuestos que ellos hicieron. 

La posición bíblica sobre la inspiración

La posición histórica, evangélica y bíblica sobre la inspiración se encapsula en cuatro términos que la describen.

El primer término que es infalible. Con él se quiere decir que la Biblia nunca es engañosa o, que ella nunca engaña. El término infalible nos recuerda que la Biblia nunca se equivoca. No uso aquí el término inerrante, porque estimo que la inerrancia es una consecuencia de la inspiración y no una cualidad de ella.

El segundo término es verbal. Este término destaca la totalidad de la inspiración. Literalmente significa que cada palabra en la Escritura es inspirada. 

El tercer término es plenaria. Este término significa simplemente toda. Lo que destaca es que toda la Biblia es inspirada por Dios. Cualquier cosa que los autores dijeron y enseñaron -Historia, Ética, Cronología-, todo está recubierto por la inspiración.

El cuarto es orgánica. Este término describe la idea de que la Biblia fue registrada por medio de  organismos humanos (la personalidad de sus autores humanos). De allí que encontramos diferentes estilos en los diversos textos, pero el mensaje es uno solo. 

Tenemos entonces estas cuatro palabras: infalible, verbal, plenaria y orgánica. Ellas describen la posición bíblica de la inspiración.

¿Qué dice la Biblia sobre la inspiración?

Los textos que presento aquí, son los que podríamos considerar clásicos. Por lo mismo, no me detendré mucho en ellos, sino que daré una breve explicación.

1) 2ª Timoteo 3:15-17. El verso 15 nos recuerda la función realizada por la Biblia. Ella es apta para hacernos sabios para la salvación y hace al hombre de Dios perfecto (v. 17). Tomados en conjunto, estos versículos nos dicen que la Escritura nos da el conocimiento salvador de Dios y nos equipa complemente para la vida de discípulos. Ahora, ¿por qué ella es apta para hacer eso? Porque ella es inspirada por Dios (v. 16). Toda la Escritura ha sido soplada por Dios. La inspiración, según este texto, es una cualidad inalienable de la Biblia, cualidad que es completamente independiente de nuestras apreciaciones sobre ella. Esta cualidad se extiende a toda la Biblia y no a algunas partes como el texto deja muy claro. Cada capítulo y cada versículo de la Biblia es inspirado por Dios.

2) 2ª Pedro 1:20-21. Pedro está tratando el asunto de la profecía. Comienza desde el punto de vista negativo al decir que la profecía no es interpretación privada (v. 20), pues los profetas no estaban dando solamente sus opiniones religiosas, ni siquiera la estaban dando en la calidad de expertos sobre determinado asunto. La profecía tampoco vino de la voluntad humana (v. 21). Ninguno de ellos dijo "voy a profetizar" y luego comenzó a registrar lo que se le vino a la mente. Luego de referirse al punto de vista negativo, Pedro pasa al punto de vista positivo: hombres hablaron siendo inspirados (lit. dirigidos, movidos, conducidos) por el Espíritu Santo (v. 21). Estos hombres hablaron de parte de Dios y dirigidos por el Espíritu Santo.

3) Juan 10:35. Este texto se refiere a la posición del propio Jesús sobre la Escritura. Él dice que la Escritura no puede ser quebrantada. La Biblia, en la visión de Jesús, tiene la autoridad de la Ley, es decir, absoluta e infalible autoridad. No existe error en ella, no existe falsedad en ella, pues es el propio testimonio de Dios.

La importancia de la inspiración bíblica

Muchas son las aplicaciones que podemos derivar de la comprensión bíblica de la inspiración. Aquí enumeraré algunas que creo que merecen destaque ahora:

En primer lugar, nos permite apreciar la Biblia en su real valor. Ella no es la palabra de hombres, sino que es Palabra de Dios, una carta venida de otro mundo para éste mundo, un mensaje celestial.

Segundo, la concepción bíblica de la inspiración nos permite descansar en el testimonio bíblico. Vivimos en tiempos en que todo es cuestionado y el simple hecho de que alguien afirme conocer la verdad hace del tal un arrogante. Sin embargo, saber que la Biblia es inspirada por Dios, permite que nos arrojemos seguros en el testimonio de ella, no dudando nada de lo que ella afirma, pues Dios, quien es el autor por detrás de los instrumentos humanos que registraron Su mensaje, es fiel y verdadero. Sus promesas se cumplirán y todo acontecerá tal como se encuentra registrado en las Escrituras.

Tercero, nos permite tener un mensaje relevante para el mundo. Si la Biblia no es inspirada o si lo es pero sólo en algunas porciones, nada tenemos que decirle al mundo como venido de parte de Dios. El hecho de que ella sea la Palabra inspirada por Dios nos concede el privilegio de decir que tenemos el mensaje del Señor para el mundo; un mensaje que llama al arrepentimiento y a la fe, un mensaje que nos dice quiénes somos, de dónde venimos y para dónde vamos. Aquellos que no creen en la inspiración bíblica sólo pueden dar "buenos consejos" o apuntar para "tal vez el camino" que se debe seguir.

Cuarto, existe una consecuencia pastoral. Cristianos que han oído ministros y profesores de teología que no creen en la inspiración tal como la Biblia la presenta, quedan completamente confundidos. Muchos de ellos se preguntan si lo que han creído durante tantos años es verdad. El fundamento de su fe se pierde y caen en la desesperación. Al contrario, cuando ellos escuchan que sus pastores y maestros les exponen los textos bíblicos como la Palabra inspirada por Dios, sus corazones se llenan de paz y seguridad, pues tienen consciencia que no han oído palabras humanas, sino la Palabra de Dios.

Ciertamente, existen muchos más beneficios al adoptar la doctrina bíblica de la inspiración. Por el espacio y objetivo de este pequeño escrito no las he enumerado todas.

Muchas veces a aquellos que seguimos el testimonio bíblico sobre lo que es la inspiración se nos tacha de "bibliólatras", es decir, de aquellos que adoran un libro. Nosotros podemos decir que no somos bibliólatras, sino Cristólatras, pues adoramos a Jesucristo como nuestro único Señor y Salvador. Cristo dijo que la Biblia es infalible. Él dio testimonio de que ella es la inquebrantable Palabra de Dios (Jn. 10:35). Nadie puede afirmar ser leal a Cristo y desafiar Su testimonio con respecto a las Escrituras. El Señor en muchos lugares dio testimonio con respecto a la inspiración de la Biblia (Mt. 4:4; 5:18; 22:29). Muchas veces oímos a supuestos grandes teólogos afirmar que el Antiguo Testamento posee algunas inconsistencias y que eso nos lleva necesariamente a dudar de la inspiración. Bueno, con respecto a las inconsistencias, Jesús nunca las vio y para mí Su testimonio es suficiente. 

Creer en la inspiración bíblica no es nada más y nada menos que devoción a Cristo. Creo en la Biblia como inspirada por Dios porque Jesús y sus apóstoles dieron testimonio de ello. 

La Biblia, por ser inspirada por Dios, es la la autoridad suprema para el creyente, una autoridad suficiente y final. Pero no sólo eso, ella es una autoridad preciosa, pues es la Palabra de Dios, viva y eficaz. 

jueves, 13 de marzo de 2014

Pescadores de Hombres

En el Evangelio según Marcos capítulo 1 versos 14 al 20 encontramos el registro del inicio del ministerio público del Señor Jesucristo. Allí vemos como Jesús, después del encarcelamiento de Juan el Bautista, comienza a predicar y anunciar el Reino de Dios.

En ese contexto, tenemos también el registro de aquellos primeros hombres que Jesús llamó para ser sus discípulos: Simón, Andrés, Jacobo y Juan. Estos cuatro hombres recibieron una comisión que transformó completamente sus vidas.

Algunos autores han distinguido 3 tipos de llamado: (1) El llamado a la salvación; (2) el llamado al discipulado; y (3) el llamado al apostolado. El primero, todos aquellos que el Padre eligió antes de la fundación del mundo, lo oyen y responden positivamente reconociendo a Jesucristo como el Señor y el Salvador de sus vidas. El segundo, también es oído por todos aquellos que han aceptado el llamado a la salvación y consiste en seguir a Jesús; seguir sus enseñanzas, en tenerlo como el Maestro que los instruye en cada aspecto de sus vidas. El tercero, en un sentido estricto, sólo fue recibido por aquellos hombres que Jesús llamó y que fueron enviados a anunciar las buenas nuevas de salvación. Es por eso que afirmamos que el apostolado fue un oficio único y especial en la historia de la Iglesia.

En el texto de Marcos 1:14-20, Jesús está predicando y anunciando el Reino de Dios. La predicación iniciada por Jesús se caracterizaba por tres elementos: Primero, Jesús anunciaba el cumplimiento del tiempo. Eso nos lleva a recordar la antigua promesa hecha por el Señor a través de sus profetas. Esta promesa se refería al Mesías que vendría a liberar al pueblo de la opresión de sus enemigos y que traería la tan ansiada paz. Segundo, Jesús anunciaba la cercanía del Reino. Esto muchas veces causa confusión entre los cristianos, ya que en ciertos pasajes se anuncia la aproximación del Reino y en otros se habla de un futuro Reino. Esto es lo que se conoce como el "ya y el todavía no". Esa expresión significa que muchas de las promesas del Señor tiene un cumplimiento diferido en el tiempo, es decir, el Reino ha llegado con la venida de Jesús, sin embargo, la consumación final de ese Reino aún se espera para el futuro retorno del Señor. Entonces, el Reino fue inaugurado con la venida de Jesús, pues Él es el Rey y donde está el Rey, está su reino. Tercero, Jesús llamaba a la conversión: "arrepentíos y creed en el evangelio". Él llamaba a las personas al arrepentimiento y a la Fe. Esos dos elementos componen lo que nosotros conocemos como conversión.

El texto de Marcos 1:14-20 sigue relatando el llamado de Jesús para ciertos hombres. De este pasaje podemos desprender las siguientes verdades:

I. Jesús llama a personas para ser sus colaboradores (v. 16-17).

El Reino de Dios se ha acercado y Jesús comienza a reclutar colaboradores para que lo ayuden a anunciar el evangelio. Él les dice "Venid en pos de mí...". Estos hombres oyen la voz de Jesús convocándolos para un entrenamiento. Él los llama a la capacitación, a fin de que ellos puedan alcanzar a otras personas con el mensaje de salvación. Jesús los llama para que sean "pescadores de hombres". Sabemos que un pescador, en resumidas cuentas, saca peces del mar. Aquí Jesús está usando un lenguaje figurado; Él los está llamando a que sean aquellos que sacan a los hombres del mar de la perdición. 

II. Jesús llama a personas ocupadas (v. 16, 19).

Jesús no llama a desocupados o flojos, sino a personas que están ocupadas en sus diarios quehaceres. A lo largo de la Escritura vemos esa marca. Moisés fue llamado mientras cuidaba de las ovejas de su suegro; David fue llamado mientras pastoreaba; los Apóstoles fueron llamados mientras realizaban sus actividades diarias. La razón de esto es que el trabajo del Señor es duro y requiere de mucha energía y vigor. Aquellos que están acostumbrados a no hacer nada, aquellos que son perezosos, no son aptos para el servicio del Señor.

III. Jesús llama a personas humildes (v. 16, 19).

Es interesante notar que Jesús no buscó a sus discípulos entre los doctos estudiantes de teología de las escuelas rabínicas. Tampoco, los buscó entre los líderes políticos y sociales del pueblo. Al contrario, podemos decir que los primeros discípulos del Señor pertenecían a la clase obrera de aquellos tiempos. Eran hombres del pueblo, con escasa educación y seguramente faltos de modales refinados. Es cierto que el Señor llama a todo tipo de personas: ricos y pobres; educados e ignorantes; hombres y mujeres; jóvenes y viejos. Sin embargo, lo que destaca en estos primeros discípulos del Señor es que ellos carecían de cualquier mérito o dignidad delante de los hombres. El apóstol Pablo en su 1ª carta a los Corintios dice que a lo vil y menospreciado del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios (cf. 1 Co. 1:26, 27). Esta verdad es tremendamente educativa. El Señor no necesita "estrellas" ni hombres brillantes. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad para que Él tenga toda la gloria por siempre.

Además de estas verdades, del llamado del Señor concluimos lo siguiente:

1. El llamado de Jesús es soberano: Es un llamado directo e imperativo. Es una orden que Él nos da directamente: "Ven y sígueme". No hay espacio para ruegos ni súplicas. Él llama como un Rey soberano.

2. El llamado de Jesús es para tener una relación con Él: Nos llama a ser sus discípulos; a conocerle, a experimentar una dulce comunión, a escuchar su voz y a ser instruidos por Él. Además, el llamado de Jesús es para una preparación, para un entrenamiento, para el discipulado. 

3. El llamado de Jesús exige una respuesta instantánea: "Ven y sígueme", no hay tiempo para pensar, para reflexionar, sino que hay que responder al instante. Y su llamado implica romper con el pasado. Estos primeros discípulos dejaron lo que estaban haciendo ("dejaron sus redes"). En el caso de Jacobo y Juan ellos incluso dejaron a su padre Zebedeo. Si no estamos dispuestos a abandonar todo por seguir a Jesús, no somos dignos de ser sus discípulos. 

4. El llamado de Cristo es para realizar una obra de consecuencias eternas: Somos llamados para ser pescadores de hombres, es decir, anunciadores de la salvación. Somos colaboradores en la empresa más maravillosa que existe, a saber, sacar a los hombres del mar de la condenación.

5. El llamado de Cristo es a la consagración total: No hay vuelta atrás, no hay descanso. La entrega debe ser total y sin reservas.

¿Has oído la voz del llamado del Señor? Si es así, síguele.