Una tragedia
es un acontecimiento fuera de lo común, anormal y que tiene repercusiones
negativas y daños físicos, materiales y morales. Si miramos
para la historia mundial podemos recordar varias tragedias. ¿Cuál es la mayor
tragedia de todas ellas? ¿Será el naufragio del Titanic en 1912 que dejó 1.494
muertos? ¿Será la Primera Guerra Mundial de 1914? ¿Será la Segunda Guerra
Mundial de 1930 a 1945? Existen por todas partes monumentos con el nombre de
millones de soldados que murieron en esas guerras. ¿O serán las bombas atómicas
lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki? ¿O será el ataque
terrorista del 11 de septiembre a New York? ¿Será el HIV?
Poco se sabe
de Joel. Solamente sabemos que era hijo de Petuel. El objetivo de
Joel era advertir a la Nación de Israel sobre el Juicio venidero y, también,
llamarlos a la humildad y al arrepentimiento.
En el capítulo
1 del libro, Joel describe la plaga de langostas y la sequía. Estos desastres,
tal como nos dice el libro, vinieron de las manos del Señor. El profeta,
frente al desastre eleva una oración de luto para enseñarnos cómo debemos
enfrentar las catástrofes de la vida.
En el segundo
capítulo, el profeta describe la disciplina de Dios. El desastre era
enorme. La invasión de langostas es una descripción literal, como también la
sequía. El caos era total. Esta invasión
no fue una tragedia natural, sino que una manifestación de la vara del Señor
sobre el pueblo de la alianza. No fue un caso fortuito, sino una acción
soberana del Señor.
Este texto nos enseña lo que es un corazón quebrantado.
Existe una
pista importante para descubrir el propósito de Joel en este capítulo. El
profeta inicia sus palabras con una advertencia para el futuro (verso 1).
En el capítulo
1 Joel describe algo que ya pasó. En el capítulo 2, está hablando sobre algo
que va a suceder, es decir, un evento futuro llamado Día del Señor (Lit. Día
de YHWH).
El Día del
Señor es una expresión bíblica que representa todos los juicios de Dios sobre
la Tierra. Por lo tanto, ocurre durante toda la historia del Reino de Dios y
está presente en cada juicio particular. Este día termina con el Gran
Día del Juicio, en la segunda venida de Cristo, cuando el Señor venga
para juzgar con justicia a las naciones.
El texto nos
dice tres grandes verdades sobre ese día:
1. El día está cerca
(2:1).
2. Será un día de grandes calamidades (2:2).
3. Será un día insoportable
(2:11).
Frente a la
inminencia de ese día, el profeta llama al pueblo al arrepentimiento. Ahora, ¿el
pueblo comprendería lo que eso significa? ¿Será que ellos sabían que el arrepentimiento
es indispensable para la conversión? Y nosotros, ¿sabemos lo que es el
verdadero arrepentimiento?
EL CORAZÓN QUEBRANTADO SE ARREPIENTE REALMENTE (v.12-13)
El profeta
Joel al hablar sobre el arrepentimiento enfatiza el hecho de que este debe ser
de corazón. Con esto nos
dice que el verdadero arrepentimiento no es una cuestión meramente formal, no
es sólo algo externo. Es cierto que
Joel utiliza expresiones externas de arrepentimiento (v.12). Ahora, esas
expresiones externas de un estado interno son manifestaciones válidas. Pero Joel está
totalmente en contra de manifestaciones externas que no corresponden con la
realidad, ya que como dice 1 S. 16:7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires su
parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no
mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus
ojos, pero Jehová mira el corazón”.
El pueblo de
Dios debe rendir el corazón, no solamente las vestiduras que son externas
(v.13). Es muy fácil
hacer lo opuesto, rendir las vestiduras en vez de rendir el corazón. Es fácil
aparentar arrepentimiento, es fácil disfrazarnos y externamente manifestar que
estamos arrepentidos. Pero Dios no
quiere eso. Él quiere corazones quebrantados por causa del pecado. Solamente un
corazón quebrantado nos aleja del pecado y permite que el favor de Dios esté de
nuevo sobre nosotros.
Este es el
tipo de arrepentimiento que Joel predica. Él quiere ver ese tipo de
arrepentimiento y nosotros también deberíamos desear ver lo mismo tanto en
nosotros como en los otros.
¿Cómo se
manifiesta el verdadero arrepentimiento?
(1)
Confesión de Pecados: Si no
confesamos nuestros pecados específicamente, podemos decir que realmente no
estamos arrepentidos. Spurgeon cuenta la historia de una mujer que fue a
visitar a un ministro. Le dijo que era una gran pecadora y que, por ello, el
pastor debía poner mucha atención en ella. El pastor sospechó que la confesión
de esa mujer no era sincera y le preguntó: “Bueno, si usted es una pecadora,
claramente usted a quebrantado los mandamientos del Señor. Entonces, leamos los
diez mandamientos para que así sepamos los que usted quebrantó”. El pastor
comenzó mandamiento por mandamiento y la mujer respondía “siempre guardé ese
mandamiento”. Al final ministro comprobó que sus sospechas eran acertadas, la
mujer no se consideraba a sí misma pecadora y solamente se arrepentía por el
hecho de saber que un creyente debe arrepentirse, pero ella no tenía la noción
de la verdadera necesidad de arrepentirse de corazón.
(2)
Contrición: Esto significa
verdadero dolor por el pecado. Las Escrituras afirman esta característica.
Salmo 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón
contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. La contrición es una
acción más profunda que el remordimiento. Muchas veces nosotros tenemos
remordimiento por alguna cosa errada que hicimos, pero aún no sentimos dolor
por ella. Judas sintió remordimiento por haber traicionado al Señor: devolvió
el dinero y después se ahorcó. Pero él no se arrepintió por su pecado. ¿Sabemos
lo que es la contrición queridos hermanos? Dios quiere que los pecadores
sientan la culpa y que lloren por lo que sus pecados han hecho, esto es, por
haber deshonrado al Señor.
(3)
Conversión: Este es el punto
que Joel más enfatiza. Él usa una palabra que significa “volver”. Implica un
cambio que desemboca en una correcta relación con el Señor. Este es el
significado esencial del arrepentimiento; requiere un cambio de mente, una
profunda modificación de nuestro ser de tal forma que la dirección de nuestra
vida cambia radicalmente.
Vemos que un
corazón quebrantado se refleja en un verdadero arrepentimiento que nos lleva a
una correcta relación con el Señor.
EL CORAZÓN QUEBRANTADO BUSCA
SUS MOTIVACIONES EN DIOS (v. 13-14).
Conocer a Dios
según lo que Él ha revelado en la Biblia es el mejor camino para tener un
corazón quebrantado. Cuando vemos a las perfecciones de Dios, somos llevados a
admirar su persona y a despreciarnos. Joel indica
ciertos atributos de Dios que sirven de motivaciones para un corazón
quebrantado. Dentro de ellos tenemos:
a) La Misericordia del Señor:
Joel dice que
la misericordia de Dios es una poderosa motivación para tener un corazón
quebrantado (verso 13). Ciertamente
muchas veces el Señor cambia su disposición para con el pecador que se
arrepiente mostrando misericordia. Algunos preguntan: ¿Cómo Dios puede cambiar
su disposición hacia alguien? ¿No es Dios inmutable? ¿Cómo es que Dios se
arrepiente? Esas preguntas pueden ser un problema para nuestra mente, pero es
importante notar que para Dios no lo son. Dios no explica su arrepentimiento,
Él simplemente lo simplifica diciendo que se arrepintió. Él mantiene esa
posibilidad para que nosotros nos volvamos de nuestros pecados. Dios es
gracioso, eso sí debemos saber.
b) Dios es tardo para la ira:
La
misericordia de Dios siempre triunfa sobre su ira cuando el pueblo de Dios se
arrepiente volviéndose humildemente a Él. Dios no tiene placer en la muerte.
Ezequiel 33:11 dice: “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que
no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que
viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de
Israel?”. Dios es gracioso en perdonar y siempre está abierto para
recibir a todos los que lo buscan en tiempo oportuno.
c) Dios se arrepiente del mal:
Dios siempre
quiere bendecir, no destruir. Él quiere dar vida, no matar. Pero para hallar la
vida todo hombre y mujer deben pasar por el camino del arrepentimiento. Existe
una sola elección, a saber, arrepentirse y vivir o no arrepentirse y morir.
Quien no se arrepiente será condenado, quien se arrepiente será alcanzado por
la misericordia de Dios (verso 14).
d) Dios es el Dios de la Alianza:
El profeta
cuando llama al pueblo al arrepentimiento usa la expresión “vuestro Dios” (v.
14). ¿Por qué? Simplemente quería recordar a sus oyentes el hecho de que Dios
había firmado una alianza con ellos. La alianza tenía estipulaciones (promesas
de bendición y de maldición). Si el pueblo desobedecía sería disciplinado
duramente, pero si confesase el pecado y se arrepintiese, Dios restauraría.
Dios es fiel.
CONCLUSIÓN:
Un punto
final: Para tener un corazón quebrantado también necesitamos líderes que nos
guíen a eso. Esa es la forma como Joel cierra este pasaje. Habiendo hablado
sobre el juicio, sobre la necesidad de tener un corazón quebrantado y sobre las
motivaciones para tenerlo, el profeta dirige sus palabras a los sacerdotes y a
los líderes del pueblo llamándolos a ser el modelo de conducta (v. 15).
Esta es una
palabra especial para todos aquellos que ejercen algún tipo de ministerio en la
iglesia. ¿Eres profesor, líder, presbítero, diácono, pastor? Sé un ejemplo de
una persona que se arrepiente verdaderamente.
Pero no es
solamente para los líderes espirituales esta palabra, sino que para todos los
hijos de Dios, puesto que todos somos sacerdotes. Todos debemos guiar a otros
al arrepentimiento.
Primero mira a
ti mismo y pregunta: ¿Me he arrepentido y me arrepiento todos los días de mis
pecados? ¿Realmente entiendo lo que es un corazón quebrantado o sólo hago un mero
ejercicio religioso?
Después mira
para los otros y clama para que se arrepientan, para que se vuelvan de sus
malos caminos, que se vuelvan a Dios y para que no sigan en rebeldía. Diles que
hoy es el día del arrepentimiento, que hoy es el día de la salvación.
Sólo puedo terminar con las siguientes palabras: Ven a Cristo, confiesa tu pecado, pide perdón por haber ofendido a Dios. Después confía en Cristo para así disfrutar por siempre de su Santa y Bendita presencia y puedas, de esa forma, experimentar la bella bendición de estar de vuelta en la casa del Padre.